Imagina la versión millenial de Jeanette, Julieta Venegas o Astrud Gilberto.
El momento musical clave de Lucía fue cuando se compró su guitarra y empezó a dar clases, con 13 años, con un profesor cubano. En nada pasó de acordes de bossa y Ray Charles al modo fan y a versionear en Youtube a Rosalía, Tangana, Shawn Mendes o Camila Cabello. Y fue aquí, tras esta versión, cuando Camila Cabello le escribió a través de Twitter para animarla a continuar, y empezó a escribir sus propias canciones. Comenzó autoeditando canciones íntimas y bonitas, aunque Lucía no destaca por ser cohibida: en esa época abordó a James TW en medio de un meet & greet y acabaron cantando juntos en medio del parque del Retiro. El tiempo para su música se lo dio el primer confinamiento por el Covid. Lucía canta sobre momentos que le gustaría que se hiciesen realidad, con una cadencia vocal suave y narrativa. «Un vermú conmigo» parte de una verdadera cita desastrosa, pero que repitió en una canción para tener un nuevo final feliz. El mensaje ha llegado a dos millones de oyentes. Lo suyo es el puro pop que aglutina y actualiza décadas de dulzura, elegancia y estribillos irresistibles.