Hubo un tiempo en el que más allá de Surfin’ Bichos no había nada. La irrupción del conjunto albaceteño, con una escena independiente aún en ciernes, lo cambió todo. Hay un antes y un después de los cuatro álbumes que publicaron entre 1989 y 1993.
«Más Allá» marca el regreso de Surfin’ Bichos a la actividad discográfica. Treinta años después, se presentan sin artificios y haciendo lo que mejor saben hacer. Como si nada hubiera pasado, con la naturalidad de un asesino. Su paleta de sonidos sigue siendo igual de relevante; su música, igual de afilada. Sus canciones dejan huella. Hypes estacionales al margen, los Surfin’ suenan a lo que quieren sonar. Esto es: pop bastardo; o un rock raro, un poco torcido. Rock de genética punk o proto-punk, cuya suavidad o dureza viene modulada por la emoción, por la historia que te está contando, pero sin perder su carácter orgánico, su forma animal. Se trata de un disco cocinado en los altos hornos de la pandemia y los confinamientos de 2020 y 2021. Ese es el contexto en el que fueron escritas y compuestas estas canciones, en la absoluta soledad de un pueblo fantasma. Se encuentran, por tanto, «imbuidas por ese espíritu como de final, de más allá, milenarista», en palabras del propio Fernando Alfaro. La trascendencia que evoca conecta con lo que fueron aquellos días; estamos ante un trabajo majestuoso, solemne y autoexploratorio pero sin caer en lo evidente.