Art School ¿Recuerdan? Aquella banda que regaló a nuestras vidas tres elepés, un puñado de siete pulgadas y una cantidad incalculable de conciertos donde el respetable no escatimó en adrenalina. Sin ellos, la escena Mod española de los 90 se explica menos y mal. Y es difícil no esbozar sonrisas de complicidad con uno mismo cuando se echa la vista atrás a lo que fueron, en sus intensos años de actividad y evolución de un Power Pop deudor de la oleada Mod de 1979 a un Pop más articulado y personal.
Sólo hay que ver cómo Patricia Maestre habla de ellos -y con ellos- en su imprescindible libro “Revival” (Editorial Milenio), donde recoge con pasión el testimonio de un gran número de bandas que, en los 90, miraron hacia los 60 y derivados.
Pero las cosas empiezan y acaban. Todas ellas. El minutero va masticando incansablemente el tiempo hasta que, un buen día, o mal día según se mire, te acuerdas de los Art School, escuchas alguna de sus antiguas grabaciones y, joder, ya hace 20 años de aquello.
Tras grabar su tercer disco en Washington (CD que adoleció de una distribución infame), cuando, recién surcadas las puertas del nuevo milenio, todo parecía sonreírles, Juanfra, Paco y Jorge partieron peras y emprendieron cada uno su camino. Y de Art Schoolno volvimos a oír hablar, sino retrospectivamente, para desazón nuestra.
Por eso, la alegría es doble cuando se formaliza la noticia de que Jorge, fundador e ideólogo de la banda, haciendo gala de su talante evolucionista y asistido por músicos como Paco Vila (Arte Pop, Flechazos), Sergio Bartel (The Gurus), Carlos Campoy (Marañones, Ferroblues) o Jordi Montero (Pigmy, Xoel López), pone de largo cuatro nuevas grabaciones que atesoran cosas bonitas que pasaron en los 60, los 80 y los 90: Beatles, Style Council, Supergrass y gotas sabiamente administradas de Curtis Mayfield y Sly & The Family Stone.
Ya no hablamos, aquí, sólo de tempos rápidos y canciones anfetamínicas. Si en sus últimos compases, Art School viraban hacia derroteros más introspectivos, con estos tres cortes propios y una versión (“Ghosts”, de los Jam) que presenta ahora Clifford Records, el proceso se completa con canciones donde la fuerza es frágil, la alegría melancólica y el empuje no siempre es frontal, ni puta falta que hace, oigan, porque llega un momento en la vida en que el tiempo ya no está todo por delante.
Así que alégrense, porque la Escuela de Arte vuelve a abrir sus puertas y, en estos 15 años de silencio no ha dejado de moverse, conspirar y crecer. Y prepárense, porque después de este EP hay más.
Y mejor, claro. Mejor.
ALBERTO VALLE (Escritor y periodista)