Tras la calurosa acogida que recibieron el pasado año con el ya agotado EP 7″ Julen (Clifford, 2015), Superfortress regresan con Human Race Sucks, otra lúbrica y acerada colección de canciones dispuestas a partir los espinazos de esa humanidad que tanto les -nos- apesta. Ocho nuevos proyectiles violentamente propulsados que una vez caiga la aguja sobre el plato de tu tocadiscos dejarán tu exquisito equipo hi-fi -si es que lo tienes- para el arrastre como ya ocurrió en la ciudad de Hiroshima tras el infausto bombardeo de 1945. Claro, fue la obra maestra de otro Superfortress, y todos sabemos que la historia siempre se repite. Aquí también hay una historia, una historia real que se está construyendo ahora, viviendo desde las profundas entrañas de estos soldados de fortuna, y que no encuentra obstáculos ni límites que puedan detener su instinto. Marchar o morir. Primero las canciones, después la dominación. Asimilado el brutal potencial que tenían entre manos para registrar esta enorme sacudida de intensidad sonora la banda peregrinó a la fuente, los Hollers Analog Studio situados en Málaga, el santo grial de los estudios de grabación analógicos, cuna de algunas de las mejores grabaciones publicadas por Clifford: The Smoggers, The Blackberry Clouds, Esplendor, Hairy Nipples o Little Cobras.
Pero dejemos que sean los amos de la guerra quiénes nos lo relaten: <<El disco se grabó en Hollers Analog Studio. Al querer sacar el disco en vinilo, veíamos que lo más coherente era grabar en analógico, ya que era la forma en la que se grababa antes de la Guerra Fría, de la implantación de la era digital. Y ya puestos, de la forma más básica posible. Ocho pistas y en directo. Usamos dos para guitarra, una para bajo, cuatro para batería y una para voces. De hecho, los coros están grabados a la misma vez que la voz principal, cantaba uno, se apartaba, y cantaba otro. Todo muy rudimentario. Fue genial. El sonido lo sacamos en un día, grabamos en otro y mezclamos en el tercero. Muchas risas, tensión y alegría con el resultado. Mucha cinta americana, pocos botones y nada de ordenador. Ha quedado como esperábamos: añejo. Buscábamos eso, por encima de quedar más o menos potente. Y principalmente queríamos ser leales con la gente que nos escucha y que viene a los conciertos, que el disco suene como sonamos en directo. Y ya está. Esto es lo que hay. No hemos querido ni doblar guitarras o efectos que luego sean difíciles o imposibles de reproducir en directo. El disco te puede gustar más o menos, pero somos nosotros, de eso no hay duda.>>
Human Race Sucks LP 12″ (Clifford, 2016) es un disco de rock n’ roll de emociones primarias, conectadas al pulso natural del corazón de la Tierra, que proyecta tu sexualidad y exhala un último grito de libertad antes del final.