En el universo pop a menudo se señala con cierta ligereza a determinados músicos como adelantados a su tiempo, visionarios capaces de predecir el camino por el que transitarán las próximas tendencias musicales. Más allá de su carácter futurista, evidente con tan solo una escucha superficial, de la música de Erik Urano podría decirse que existe en otra dimensión conectada a la nuestra y que funciona como una siniestra premonición del lugar hacia el que inexorablemente nos estamos dirigiendo.
Neovalladolor, disco publicado meses antes del confinamiento por la pandemia del COVID-19, fue más que una advertencia de lo que estaba por llegar, una suerte de glitch, de fallo en el sistema temporal, que directamente nos situaba en lo que entonces aún imaginábamos como futuro distópico. En aquel disco destacabaMolecular, un tema con la noqueante pegada de Manny Pacquiao que Urano – Flat Erik para la ocasión-firmaba de la mano de Merca Bae. Como la cosa va de anticiparse a lo qué está por llegar, Molecular funcionaba sin pretenderlo como una suerte de avance de Qubits, álbum que ahora ve la luz y vuelve a unir los destinos del músico salmantino y el rapero vallisoletano.
Si Neovalladolor funcionó como anticipo de lo estaba por venir, Qubits podría definirse como un estado de ánimo tras dos años de reclusión, restricciones, pérdidas y cortocircuitos emocionales varios. “Haiku” es una palabra que se repite a menudo en las canciones de Urano, no por casualidad. Sus letras, más que explotarlo narrativo, funcionan como disparos al subconsciente, de la misma forma que los poemas japoneses apelan al elemento emocional por encima de elementos discursivos. Así, a lo largo del disco términos como “sistema”, “bots”, “data”, “clones” o“pantallas”, determinan el paisaje por el que transitan estas once canciones.
Urano y su deshumanizada manera de disparar los versos encuentran el socio perfecto en Merca Bae. Las producciones del salmantino conectan el distópico universo de Urano con una concepción del grime que se sitúa en su propio espacio-tiempo, como una ramificación que crece en paralelo a las tendencias del género que llegan desde Londres.
I+D, el tema que ha sido elegido como primer single del disco, es un perfecto ejemplo de todo eso. Un ritmo imparable empujado por bajos gruesos sobre el que los sonidos sintetizados cortan como cuchillas, que le sirve a Urano para lanzar un aluvión de conceptos vinculados con la sociedad hipertecnificada. A su manera Urano y Merca Bae llevan a cabo una tarea similar a la que desempeñaban los cantautores medio siglo atrás: su música nos sitúa de frente a la realidad. Con la diferencia de que las canciones de Qubits funcionan a la manera de un chip implantado en el cerebro que activando nuestras conexiones neuronales. Imposible resistirse a ello.
