Ya tenemos aquí El fuego, el segundo larga duración de LOS MEJILLONES TIGRE.
Este nuevo disco es la confirmación de que la banda jiennense es única en su especie, y que han hecho del eclecticismo bandera: cumbia, sicodelia, garage, boogaloo, guajira… en este trabajo siguen ampliando miras en un conglomerado al que ellos llaman Garage Tropical. No parece casual el título del álbum, ya que la mayoría de los temas están relacionados directa o indirectamente con el elemento que los antiguos griegos asociaban a la inmortalidad.
Si Tropical y salvaje (Clifford, 2020) era su puesta de largo, este puede ser su trabajo de consagración. Siguen manteniendo la frescura de su debut pero enriqueciendo el resultado final con un mayor cuidado en los arreglos y voces, y un sonido sublime sacado del estudio de Carlos Díaz (Granada) que siempre sabe proporcionar a cada producción lo que necesita en su justa medida.
A los cinco temas de adelanto: la sabrosa y sicodélica «Sunday guajira», la pegadiza y arrebatada «Dale candela», «La fábula del promotor y el trovador» -ese tema de pop como sacado del verano del amor-, la cumbia western con alma de mambo que es «40 grados (o más)» y el más reciente lanzamiento, «Radiación», hay que sumarles otros cinco.
«Agua de fuego», que presentan como focus track, y es un incendiario tema de garage nada revisionista y muy en la esfera del panorama actual del lo-fi, con un riff que afeita. «La cumbia es el nuevo punk», tiene el título más llamativo y es toda una declaración de intenciones; «baila pogo que la cumbia es el nuevo punk baila el pogo tropical» cantan mientras hacen referencias a Ramones o Siniestro Total. En «Vacaciones en Jonestown» tratan uno de los temas recurrentes del sexteto, las sectas, esta vez sobre El Templo del Pueblo, secta creada por Jim Jones que llevó a 909 personas al suicidio en masa en 1978. El combo jiennense saca de esta historia una guajira muy del corte de los tres primeros discos de Santana. También siguen haciendo gala de sus sellos identitarios con los temas «Mejillón tigre» y «Lamento lisérgico», el primero es un boogaloo uptempo que es un verdadero rompepistas, con guitarra wah-wah y unos coros a lo Alfonso Santisteban que repiten lalalás y solo dos palabras reveladoras: mutación yeyé, que bien podría ser la definición de LOS MEJILLONES TIGRE. Y la segunda, una cumbia ácida y vacilona, pura chicha peruana que te transporta ipso facto al Amazonas.
El disco, que sale en formato vinilo con la escudería Clifford Records el 20 de enero y en plataformas digitales con Boomerang Discos el 27, lleva el diseño de Rafa Industriasdoc, que nos presenta una portada inquietante, que bien podría ser el símbolo de una logia adoradora del fuego, o quizá lo es, y estamos ante el advenimiento de una nueva religión que nos llevará a bailar hasta caer en el éxtasis.