Reza la mítica del rock que el segundo resulta siempre el disco más complicado de afrontar, por ser ajeno ya, suele ocurrir, a esa ingenuidad primigenia, libre de responsabilidades y cargas, de clichés adquiridos, de elementos comparativos, rebosante de la frescura y espontaneidad que, indefectiblemente, acompaña siempre a un primer disco. Ante el vértigo al abismo, como si de una maldición atemporal y eterna se tratase, presas del temor a la incapacidad de, siquiera, igualar lo ya ofrecido, de cumplir con las expectativas creadas, sucumbieron bandas de todos los tiempos y condiciones. Paff Boom´s, a su nivel, no fue ajeno a tan manido síndrome, habiendo de afrontar, con paciencia y talante constructivo, un irregular segundo proceso de grabación carente, aunque solo en apariencia, de aquella magia que propició que todo fluyese con tan pasmosa naturalidad en su EP debut. El resultado, sin embargo, se reveló como absolutamente sorprendente, manifestando a las claras el más que notable salto cualitativo en sonido y empaque de un grupo que parece andar en la tarea de consolidarse en una madurez genuina y elegante, definitivamente personal, alejada cada vez más de las marcadas oscilaciones estilísticas y sonoras de sus inicios. A principios del mes de mayo de 2015, los Boom´s, reconvertidos ahora en sólido y fiable cuarteto tras la incorporación de Paco Soto como segunda guitarra, se encerraban en el Estudio B de Rivas Vaciamadrid, nuevamente bajo la dirección de Carlos Hernández Nombela (productor de bandas como Los Planetas, Pereza, Cooper o Airbag y factotum de Paff Boom´s) y amparados por el paraguas de Clifford Records para dar continuidad a Derby, el disco debut de fantástica acogida que los de Guadalajara publicasen también para el sello almeriense a finales de 2014. El resultado de todo ello lo constituye Estación Picnic, evocación sonora de la calidez del sol en el rostro, de la suave luz que el hipnótico ondular de los árboles filtra, de esa cámara super 8 inmortalizando su reflejo en la hierba, en las sonrisas despreocupadas, en las gafas y vestidos de colores, en el reluciente dos caballos aparcado en el camino; aroma de tardes de campo y mantel, en familia o pandilla; de sandwiches, refrescos y tartas de manzana (o de tortilla de patatas, filetes empanados, gaseosa y sandía); de los pic-ups de nuestros padres, de vinilos desgastados por decenas de guateques, de acordes de Brincos y Beatles brotando de entre sus surcos; Sensación, en fin, de que la vida es bella y el sentimiento de juventud eterno cuando el sol y su calidez a inundarlo todo vuelven. Pero evocación también, por qué no, de esa estación de ferrocarríl de andenes semidesiertos pero recoletos, vetusta y de aire romántico, de forja modernista, con un «Picnic» rotulado en grandes letras y dirección al estío como final del trayecto. Pretendida ambigüedad, en fin, que da título al nuevo trabajo de los Paff Boom´s, ya a la venta en elegante y cuidado vinilo de 7″ con tarjeta de descarga digital incluida, ilustrado en su carpeta por las magníficas fotografías de Delia Ruíz Salvador y el arte de Cruz Ciudad Boiza, compuesto por cuatro trepidantes temas powerpoperos de regusto sixtie, guitarras hipelectrificadas y letras en castellano concienzudamente trabajadas, pulidas hasta destilar su esencia más cool y que la banda y su sello desean que goce, cuanto menos, de la magnífica aceptación con la que desde su publicación contó Derby. Cualquier momento, pues, continúa presentándose como el ideal para sumarse a la experiencia sonora de los Paff Boom´s. ¿Alguien se lo piensa perder?.
GABRIELA– De una boda siempre sale otra; de una canción, a veces, también. Es el caso del tema descarada e indisimuladamente beat que abre el disco, inspirado en el «She can´t do it all» de nuestro amigo Kurt Baker. A todos nos pilló en la veintena aquél cinematográfico y machacón «That thing you do!» de los Wonders de Tom Hanks, y aunque nunca acabamos de digerir del todo la cinta, la canción despertó en nosotros los más elementales y luminosos anhelos de rock, fama y chicas: que levante la mano quién no entrase en la música para ligar, aunque solo sea en parte. Un homenaje, en fin, a todas aquellas melodías beat que inundan nuestra alma y corazón, sin más, que no es poco. Y a nuestros añorados años de juventud, por qué no. Y todo ello con nombre e historia de mujer, que es lo que corresponde.
UN POCO MEJOR– Grabado originalmente para formar parte de Derby, finalmente se decidió su no inclusión en el álbum por criterios meramente editoriales. Nos quedó, aún así, el regusto amargo de su descarte, por lo que ante la perspectiva del segundo EP, desde el principio valoramos su inclusión en el mismo. Se trata, éste, de un tema inconfundiblemente british, cargado de coros floridos, de muchos «paparapás». Remasterizado para la ocasión y con la incorporación de algunas guitarras que lo redondean y dan empaque, ha acabado por convertirse en esa pequeña joya por descubrir en la discografía de los Paff Boom´s.
LIBÉLULA– El single del disco, sin duda el tema que más creció y evolucionó en el proceso de producción. Compuesto como un regalo en formato acústico (por discreción no diremos a quién), se trata de una canción con cierto aire (parecido razonable, con todos los respetos) a los Cure de «Friday I´m in love» o a Paul Collins en cualquiera de sus versiones, powerpop en estado puro, el de melodías cantarinas y luminosas. Y coros, nuevamente coros, naturalmente coros…
TORMENTA DE VERANO– Un torpedo de canción, el contrapunto garagero del disco, una macarrada disfrazada de pop, como la definiese quién bien la conoce, alguien, sin duda, con criterio para así juzgarla. Tema antiguo, éste, que jamás, hasta ahora, nos decidimos a grabar, pero que exprimimos hasta la saciedad concierto tras concierto, usándolo, las más de las veces, como obertura a los mismos. Guitarras afiladas, batería rompedora y contundente, bajo que recorre veloz, ascendiendo y descendiendo, el mastil del instrumento, y una voz canalla que dirige el cotarro con descaro. Punto final de escándalo a un disco que, por descontado, no merecía menos.